los gritos de la historia
resuenan en las paredes
reviven la tortura desde las sombras
el reflejo de los rostros, el dolor
la mirada perdida, fija en el horizonte
los fragmentos del alma, dispersos,
se ahogan en la fosa
el horror impregnado en el cuerpo
quiebra los huesos
miles de ojos miran el espectáculo
mientras algunas bocas tararean, sonrientes,
la melodía de un mañana que no será

me animo a caminar descalza
por la arena de tu orilla
a seguir la luz del faro de tu historia
mientras la tarde se quiebra
nos desnuda

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poesía seca

palabra quebrada
corre

se pierde 

se desvanece

y el poeta, resignado,

la sepulta