sábado, 29 de diciembre de 2012


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Detenerlo para que no pase
urgirlo para que se acabe
ahogarlo para disponer del destino
cuando sea oportuno,
para poblar de flores el prado,
para nublar el cielo si es necesario.
Miles de deseos y muy pocas certezas…
El tiempo: inmanejable, tirano, y al mismo tiempo
posibilitador. Disyuntiva. 
Creación que somete,
invención que libera.

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sábado, 22 de diciembre de 2012

(In) certidumbre


"Reposa en tus días invisibles, sueña.
Una ausencia invade tu nombre".
Daniel Chirom.
Aunque estaba acostumbrado a los sobresaltos, nunca me sentí tan extraño como aquel día. “¿Lo hará?”, me pregunté.  Cuando el sol comenzaba a ocultarse la luz de la habitación se apagó. Una ráfaga de viento lo atravesó todo. Comprendí, en ese instante, que la muerte me rondaba.

LoCo


El “loco”, como lo llamaban,
camina de esquina a esquina,
los árboles comentan…
no entienden porqué él no les habla como antes.

Tampoco se dirige a las estatuas,
el monumento de la plaza
lo mira de reojo…
el loco camina como si nada.

De pronto, la indiferencia se desvanece,
él se vuelca a conversar.
Los pájaros le cuentan historias,
él escucha embelesado.
Las baldosas le muestran
imágenes de otros tiempos,
de otros mundos.

Repentinamente siente un golpe,
siente que mil personas lo detienen.
Se escapa…logra soltarse, corre.
Lo buscan,  lo persiguen…
lo agarran con fuerza,
Son los hombres sombríos …
aunque vistan de blanco.

Se lo llevan, él se angustia.
Sabe que no puede evitarlo,
quiere, pero no puede.
Lo llevan de regreso,
la oscuridad crece…
el celeste del cielo
comienza a desvanecerse…

En medio del violento arrastre,
de pronto, se tranquiliza…
tiene la certeza de que pronto volverá…
aunque ahora parezca imposible.

La calle será suya.
Recorrerá nuevamente el lugar,
lo esperan, él no puede fallar,
allí estarán para él…sus amigos.

Mientras tanto…
revivirá el instante,
la libertad no está en el exterior.
Las paredes no lo impedirán.
Hasta que llegue el momento
Recuerda…espera…sobrevive.

Aquí y ahora, no necesariamente en el presente



"Trato de aprender lo que puedo pero la mayor parte del tiempo la cabeza se me vuela como un pájaro. Vuela y vuela, cada vez más alto, cada vez más lejos. No es para menos. La vida zumba y se sacude ahí afuera (…). Cada vez lo entiendo mejor".
Cómo el león, Haroldi Conti.

Ella (a quién llamaré provisoria y ficticiamente Luna) sentía que todo a su alrededor giraba muy rápido, tan rápido que el suelo parecía –por instantes- desvanecerse…El acontecer de los hechos, las palabras, los tiempos era vertiginoso…
La ahogaba la impresión de no pertenecer a ese “ahora”…Los espacios se mostraban familiares, pero aparecían como presentados en un film de ciencia ficción, de esos que con mucha antelación presagian lo que está por venir.
No comprendía porqué estaba allí. Sus recuerdos -imágenes y hasta  olores que percibía- provenían de antaño. ¿Algo o alguien la había transportado, durante un sueño por ejemplo, de su hoy hacia un mañana? Esa era la pregunta cotidiana, incesante, que por supuesto continuaba irresuelta…Pero que la desvelaba, la inquietaba y, al mismo tiempo, la incentivaba. 
Sus días parecían, por momentos, una intensa y desesperada carrera hacia una meta poco clara. En cambio, en otros lapsos se asemejaban a calmos remansos de esos que habitan aguas cálidas.
En el trato cotidiano con sus “contemporáneos”, y lo expreso de esta forma por lo que antes mencionaba: “ella no era de ese tiempo ni de ese lugar”, se extendían abismos amplios y profundos. Los códigos se compartían parcialmente; siempre se sucedían y giraban, y giraban, incansablemente ideas absolutamente fluctuantes. Esto la angustiaba; parecían incomprensibles, o lo que es peor aún, semejaban pasar por desapercibidas –para la mayoría- aquellas mutaciones en los pensamientos.
Cuando se producían coincidencias, esas a las que Luna llamaba “acciones mágicas”, un oasis invadía su ser: sus ojos, su razón, su corazón…parían, derramaban gozo. No eran pocos, pero tampoco eran suficientes. Aún así, ella no se desprendía de aquella imperiosa necesidad de concretar el hallazgo. Algo en su interior le indicaba, a veces claramente a veces a ciegas, cuál era el camino.
Entonces, experimentaba a diario -a través de observaciones, conversaciones, miradas, abrazos, posturas, muecas de todo tipo-,  interacciones que en algún punto, según sus propias percepciones, le brindaban alguna que otra pista que podía llegar a conducirla a la revelación de las incógnitas.
Los años pasan, los días se escurren en el devenir de las horas, y los minutos, los minutos huyen…Ella sigue allí, atemporal…Añorando un ayer que no sabe con seguridad si vivió –pero que anhela-, y transcurriendo un presente que la sorprende, la alegra, la enorgullece, la desafía constantemente…Pero que también, de vez en cuando, la decepciona, la lastima, la desesperanza…aunque nunca deja de interpelarla…
En ese mundo de tiempos y lugares desfasados, en el que algunos –como Luna- sienten no pertenecer al hoy, el único elixir que sostiene a la vida es la búsqueda de un futuro. Un futuro que, sobre la base de revisiones minuciosas y permanentes por un lado, y de pasiones y deseos irrefrenables por otro, se va edificando.


Ansia


Mirada,
Cielo plagado de sombras
Laberinto mitológico
Caldera en ebullición

Ojos, dos…
Nunca cerrados
Aún durmiendo
Nunca despoblados
De imágenes ni de ayeres

Mirada,
Escapa del hoy
A un mañana que desconoce
Huye, corre…
Pero observa hacia atrás.

Ojos, dos…
Buscando
A veces temerosos
Otras veces valientes
Siempre decididos.

Mirada
Nostalgia y desamor
Que quiere ya no ser
Que quiere renacer
Que ansía volar.



Una presentación (in) formal


        "Trato de aprender lo que puedo pero la mayor parte del tiempo la cabeza se me vuela como un pájaro. Vuela y vuela, cada vez más alto, cada vez más lejos. No es para menos. La vida zumba y se sacude ahí afuera y yo estoy metido aquí dentro esperando el día que salga y salte sobre ella como mi hermano, es decir, como un león. Cada vez lo entiendo mejor". Cómo el león, Haroldi Conti.

Es este un espacio destinado a convertirse 
en el portal que permita la llegada de algunas de mis producciones literarias 
al ciberespacio, y a otros tantos remotos lugares y no lugares a los que estas incursiones 
puedan arribar...